Este deporte náutico que consiste en desplazarse sobre las olas del mar en tabla provista de una vela, es un poderoso medio para atraer a turistas y deportistas extranjeros.
De eso está seguro el barranquillero Camilo Galeano George, de 29 años y amante de este deporte, que se impuso la tarea de grabar, por sus propios medios, un documental en HD para mostrar las mejores playas de Colombia en Europa, donde el windsurf tiene millones de adeptos.
El video, de 21 minutos, fue grabado durante mes y medio con cámaras de fotos en las playas del Cabo de la Vela (La Guajira), en Puerto Velero (Atlántico) y las Islas del Rosario (Bolívar), y será lanzado en la Internet, este miércoles.
El documental, en el que participaron dos experimentados deportistas: Michael Rossmeier (Austria) y Philip Soltysiak (Canadá), además de mostrar las playas, la música y la cultura del Caribe colombiano, cuenta una anécdota real que le ocurrió a Camilo cuando invitó a los extranjeros por primera vez a Colombia.
Ellos llegaron al país en contra de las recomendaciones de sus padres que les decían que Colombia era un peligro. Y después de haber conocido a su gente, paisajes y a las playas que les permitía practicar, empezaron a escribir bien de Colombia en blogs y revistas especializadas.
"Eso es lo que cuenta el documental, cómo cambia uno la imagen del país cuando está aquí en este paraíso", dice Galeano, quien logró que su video, que se grabó sin mayores recursos, lograra el aval de firmas como Colombia es Pasión, Proexport, el Hotel Las Américas y Orco S.A.
"Yo viajo mucho por el deporte y siempre cuando saben que soy colombiano me preguntan por lo mismo: por la coca colombiana", recuerda Galeano, quien descubrió que con el windsurf podía hacer una buena labor por la imagen de su tierra.
La idea es volver a Colombia un destino para este deporte, del que viven muchos pueblos en el mundo, explica este joven graduado en tecnologías de la información de la Universidad de Miami (Estados Unidos), y con master en relaciones internacionales del Externado de Colombia.
Para ello salieron con sus cámaras de fotografía propias y con su equipo de windsurf en un carro prestado; lograron el apoyo de amigos que les cedieron islas, yates y les brindaron apoyo logístico. Así grabaron toda su travesía por el Caribe.
Grabaron en la isla Villa Truco y el Oceanario, en las Islas del Rosario; en El Laguito (Bolívar), y en Puerto Velero (Atlántico), en la casa de Francisco Guzmán.
Al llegar a la edición de las imágenes echaron mano de la empresa de Camilo, Auyama Films, y recibieron el apoyo de Juan Carlos Sánchez, quien les consiguió los derechos musicales de varias bandas colombianas como The hall effect, Lavanda Sonora, Odio a Botero, Ojos Rojos y The Black Cat Bone, para musicalizar la película.
Todo fue entre amigos y con el compromiso de hacer algo sin ánimo de lucro, todo por la imagen del país, por eso estará disponible en la Internet y de manera gratuita en la página
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